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lunes, diciembre 10, 2018

sábado, agosto 04, 2018

DIA 216: 2. ¿QUÉ ES EL AUTOCONCEPTO?

Según Wikipedia, el autoconcepto es la opinión que una persona tiene sobre sí misma, que lleva asociado un juicio de valor.

El autoconcepto puede definirse como todas aquellas ideas, hipótesis y creencias que tenemos de nosotros mismos, es decir, la forma en la que nos percibimos.

El psicólogo Dr. Bruce A. Bracken sugirió en 1992 que existen 6 dominios específicos relacionados con el autoconcepto:

Social: la capacidad de interactuar con los demás
Competencia: la capacidad de satisfacer las necesidades básicas
Afecto: la toma de conciencia de los estados emocionales
Físico: sensaciones acerca de la apariencia, salud, condición física y apariencia en general
Académico: éxito o fracaso en los estudios
Familia: qué tan bien funciona una persona dentro de la unidad familiar

El psicólogo humanista Carl Rogers consideraba que había 3 distintas partes del autoconcepto: autoimagen, autoestima y autoideal

Congruencia e Incongruencia

Nuestros autoconceptos no siempre están perfectamente alineados con la realidad. Algunos estudiantes pueden creer que son excelentes en lo académico, pero sus transcripciones escolares pueden contar una historia diferente.

Según Carl Rogers, el grado en que el autoconcepto de una persona concuerda con la realidad se conoce como congruencia e incongruencia . Si bien todos tendemos a distorsionar la realidad hasta cierto punto, la congruencia se produce cuando el autoconcepto está bastante bien alineado con la realidad. La incongruencia ocurre cuando la realidad no concuerda con nuestro autoconcepto.

Rogers creía que la incongruencia tiene sus raíces más tempranas en la infancia. Cuando los padres colocan condiciones sobre su afecto por sus hijos (solo expresan amor si los niños "se lo merecen" mediante ciertos comportamientos y satisfaciendo las expectativas de los padres), los niños comienzan a distorsionar los recuerdos de experiencias que los hacen sentir que no merecen el amor de sus padres.

El amor incondicional, por otro lado, ayuda a fomentar la congruencia. Los niños que experimentan tal amor no sienten la necesidad de distorsionar continuamente sus recuerdos para creer que otras personas los amarán y los aceptarán tal como son.

Fuente: verywellmind.com y wikipedia

lunes, julio 09, 2018

DIA 190: LAS PELEAS DE LOS PADRES AFECTAN A LOS HIJOS

Las peleas entre los padres dejan huella en los hijos

Desde los primeros meses de vida, los bebés perciben la energía y/o el estado de ánimo de las personas que les rodean.

Lo sienten en el contacto físico alterado, en las vibraciones de los gritos que los alteran, generándoles inestabilidad desde muy pequeños.

Cuando los padres discuten o pelean delante de los hijos, ello tiene consecuencias en las conductas de los hijos.

Como los hijos pequeños aún no pueden expresarse del todo como lo hacemos los adultos, para expresar su ansiedad ellos instintivamente recurren a mostrarse inquietos, sentirse temerosos, chuparse el dedo, morderse las uñas, orinarse la cama, dificultades para conciliar el sueño (insomnio, pesadillas, etc.), llantos, gritos, agresividad, etc.

Ya que los padres son el modelo de conducta que a diario ven los hijos, estos van viendo y aprendiendo de sus padres cómo enfrentar y resolver los problemas de la vida diaria, por ejemplo: si los padres solucionan sus dificultades, gritando, pegando, tirando cosas o si lo hacen en forma serena, civilizada, calmada, adulta, madura.

Luego algunos padres no se explican por qué su hijo no se porta bien o se comporta de tal o cual manera no deseada.

Cuando se hace terapia, inclusive en la edad adulta, salen a flote estas experiencias de la infancia que quedan grabadas en el subconsciente de la persona.

Si ha tenido una infancia feliz, los recuerdos de ser llevados de la mano por los padres, los paseos y/o viajes con los padres, las experiencias felices compartidas con los padres, etc., son los que salen a flote y los que les proporcionan estabilidad emocional.

Por el contrario, cuando vienen pacientes afectados por diversos trastornos psicológicos y/o psiquiátricos, al indagar los inicios, las fuentes o las causas, llegamos a la forma disfuncional que vieron cómo se llevaban sus padres y el malestar que les proporcionaban de niños, y que tiene efectos negativos ahora que ya son adultos.

Por lo tanto, teniendo en cuenta la realidad de que definitivamente los padres van a tener desacuerdos y discusiones en la convivencia, se recomienda que aprendan a manejar sus discrepancias de pareja y arreglar sus diferencias ¡a solas los dos!

Es necesario que ambos o uno de los padres sean conscientes para poder aplicar estas ideas: 

1) calmarse y hablar en forma pausada, razonable, sin gritar; 
2) indicarle al hijo que se retire a otra habitación con cualquier excusa; 
3) ambos padres decidir retirarse a discutir en otro ambiente, fuera de casa, en el parque, en el auto, en un restaurante, etc.

De ese modo, los hijos aprenderán sobre tolerancia y respeto mutuo y podrán decir que nunca vieron que sus padres pelearan o que, en todo caso, podían resolver sus desacuerdos en forma inteligente.

Todo esto, como consecuencia, se verá reflejado en el nivel de inteligencia emocional de los hijos.

Si ya ha habido situaciones de agresiones verbales y/o físicas donde se perdió el control, luego hay que calmar a los hijos, disculparse, explicarles que los hijos no tienen la culpa de las peleas de los padres, que los padres no los van a dejar de querer, que todo se va a solucionar y van a estar bien, Y TOMAR MEDIDAS PARA QUE NO VUELVA A SUCEDER. 

Si ya se les ha escapado de las manos las discusiones, o para prevenir situaciones más graves, consideren recurrir a la ayuda y/o asesoría de un especialista en Terapia Familiar.

sábado, mayo 19, 2018

DIA 139: 20 TIPS PARA CRIAR PERSONAS FELICES Y SALUDABLES

La vida está cambiando y los niños cada vez están experimentando más problemas mentales y/o emocionales.

Como causa del incremento de todas estas cifras, los responsables resultan ser los padres y su comportamiento con los hijos. Los niños de hoy en día suelen estar sobre-estimulados, sobre-regalados de objetos materiales, pero están privados de los fundamentos de una infancia sana.

Entre estos fundamentos, Victoria Prooday, terapeuta ocupacional con amplia experiencia en la infancia, señala que se requiere: unos padres emocionalmente disponibles, límites claramente definidos, responsabilidades o una nutrición y sueño equilibrados.

En su lugar encontramos: padres distraídos digitalmente, padres permisivos que dejan que los niños ‘gobiernen el mundo’ y sean quienes pongan las reglas, un sentido de derecho, de merecerlo todo sin ganárselo o ser responsable de obtenerlo o un sueño inadecuado y nutrición desequilibrada.

En definitiva, la educación que se le está dando a los niños, en muchos casos, no suele ser la más sana para su desarrollo mental y emocional. Ante esto y según la terapeuta, todavía hay algo que podemos hacer.

¿Qué podemos hacer para criar individuos felices y saludables?

Tal y como afirma Victoria Prooday, estas son las recomendaciones más efectivas tras las cuales, siempre notaremos alguna mejora:
  1. Establezca límites y recuerde que usted es el capitán del barco. Sus hijos se sentirán más seguros al saber que usted tiene el control del timón.
  2. Ofrezca a los niños un estilo de vida equilibrado lleno de lo que los niños NECESITAN, no sólo de lo que QUIEREN. No tenga miedo de decir "no" a sus hijos si lo que quieren no es lo que necesitan.
  3. Proporcione alimentos nutritivos y limite la comida chatarra.
  4. Pase por lo menos una hora al día al aire libre haciendo actividades como: ciclismo, caminata, pesca, observación de aves / insectos
  5. Disfrute de una cena familiar diaria sin teléfonos inteligentes o tecnología que los distraiga.
  6. Jueguen juegos de mesa como familia o si los niños son muy chiquitos para juegos de mesa, déjese llevar por sus intereses y permita que sean ellos quienes manden en el juego
  7. Involucre a sus hijos en alguna tarea o quehacer del hogar de acuerdo a su edad (doblar la ropa, ordenar los juguetes, colgar la ropa, desembalar los víveres, poner la mesa, dar de comer al perro etc.)
  8. Implemente una rutina de sueño consistente para asegurar que su hijo duerma lo suficiente. Los horarios serán aún más importantes para los niños de edad escolar.
  9. Enseñar responsabilidad e independencia. No los proteja en exceso contra toda frustración o toda equivocación. Equivocarse les ayudará a desarrollar resiliencia y aprenderán a superar los desafíos de la vida,
  10. No cargue la mochila de sus hijos, no lleve sus mochilas, no les resuelva sus tareas que pueden hacer por sí solos, no les pele los plátanos ni les pele las naranjas si lo pueden hacer por sí solos (4-5 años). En vez de darles el pez, enséñeles a pescar.
  11. Enséñeles a esperar y a retrasar la gratificación.
  12. Proporcione oportunidades para el "aburrimiento", ya que el aburrimiento es el momento en que la creatividad despierta. No se sienta responsable de mantener siempre a los niños entretenidos.
  13. No use la tecnología como una cura para el aburrimiento, ni lo ofrezca al primer segundo de inactividad.
  14. Evite el uso de la tecnología durante las comidas, en automóviles, restaurantes, centros comerciales. Utilice estos momentos como oportunidades para socializar entrenando así a los cerebros a saber funcionar cuando estén en modo: "aburrimiento"
  15. Ayúdeles a crear un "frasco del aburrimiento" con ideas de actividades para cuando están aburridos.
  16. Esté emocionalmente disponible para conectarse con los niños y enseñarles auto-regulación y habilidades sociales:
  17. Apague los teléfonos por la noche cuando los niños tengan que ir a la cama para evitar la distracción digital.
  18. Conviértase en un regulador o entrenador emocional de sus hijos. Enséñeles a reconocer y a gestionar sus propias frustraciones e ira.
  19. Enséñeles a saludar, a tomar turnos, a compartir sin quedarse sin nada, a decir gracias y por favor, a reconocer el error y disculparse (no los obligue), sea modelo de todos esos valores que inculca.
  20. Conéctese emocionalmente - sonría, abrace, bese, cosquillee, lea, baile, salte, juegue o gatee con ellos.

domingo, abril 08, 2018

DIA 98: 21 TIPS PARA CRIAR HIJOS SEGUROS

  1. Enseña a tu hijo a explorar soluciones y planifica con él diversas formas de resolver los problemas; en vez de estar quejándose. Evitar quedarse en la queja y pasar a las soluciones.
  2. Entrena a tu hijo en técnicas de relajación o respiración para que aprenda a calmarse y autoregular sus impulsos y emociones
  3. Escucha lo que tu hijo tiene que decir
  4. Interésate por lo que le preocupa a tu hijo, qué teme, qué le hace enojar, qué lo pone triste, qué le gusta, qué le apasiona, etc.
  5. Practica, junto con tu hijo, técnicas para el manejo del estrés. Aprende a manejar tu propio nivel de estrés.
  6. Sé un modelo ejemplar, positivo y saludable, para tu hijo
  7. Ten paciencia
  8. Ayuda a tu hijo a descansar y dormir bien
  9. Apoya a tu hijo cuando surjan situaciones difíciles. Que tu padre te diga: "no temas, todo va a estar bien, yo estoy aquí contigo", le transmite una seguridad enorme al hijo.
  10. Halaga el esfuerzo que haya hecho más que su capacidad
  11. Refuerza positivamente a tu hijo (con palabras o expresiones de afecto como caricias, abrazos, etc.) cuando realice conductas apropiadas
  12. Incentiva a tu hijo a enfrentar retos y asumir riesgos PERO con herramientas psicológicas de prevención y AFRONTE seguro y saludable
  13. Ayuda a tu hijo a aprender de los errores y fallas
  14. Incúlcale a tu hijo que los fracasos son temporales
  15. Incúlcale a tu hijo que muchas veces el éxito proviene del fracaso
  16. Desarrolla en tu hijo su autonomía, es decir que haga las cosas que pueda hacer a su edad (evitar atarle los zapatos, abrocharle los botones, cepillarle los dientes, darle la comida en la boca, bañarlo, hacer sus tareas, etc., si ya puede hacerlo por sí mismo)
  17. Mejora la comunicación con tu hijo. Enséñale a socializar con los demás y conducirse civilizadamente en la sociedad.
  18. Ayuda a tu hijo a tener y crear pensamientos positivos
  19. Enseña a tu hijo a saludar y respetar a los demás
  20. Enseña a tu hijo a agradecer y ser agradecido
  21. Llévalo de la mano. Por mi experiencia como psicoterapeuta, les transmito que ese tipo de conductas del padre (acompañamiento, estar presente en eventos importantes, presentaciones, y paseos o viajes en la naturaleza) es lo que recuerda el hijo cuando es adulto, y lo marca positivamente para salir adelante en la vida con salud mental y emocional.
Escrito por: Psicólogo y Psicoterapeuta Luis Venegas Chalen

jueves, marzo 29, 2018

DIA 88: 7 CLAVES PARA SUPERAR LA DEPENDENCIA EMOCIONAL

La dependencia emocional es un estado psicológico que se manifiesta en las relaciones de pareja, familia o amistad.
Estas relaciones se caracterizan por ser inestables, destructivas y marcadas por un fuerte desequilibrio, donde el dependiente se somete, idealiza y magnifica al otro.
Para el dependiente esta situación afecta de forma negativa a su autoestima, y a su salud física y/o mental.
Pese al malestar y al sufrimiento que la relación les cause se sienten incapaces de dejarla, siendo los intentos nulos o fútiles.
Tienen intenso miedo a la soledad y pánico a la ruptura, la cual en caso de producirse conduce a la vivencia del síndrome de abstinencia: con intensos deseos de retomar la relación pese a lo dolorosa que esta haya sido, pensamientos obsesivos, y síntomas de ansiedad y depresión, los cuales se ocultan de forma inmediata en caso de reanudarse la relación o comenzar una nueva que sustituya la anterior.
Los dependientes emocionales tienen una necesidad excesiva de afecto y de ser queridos y tratarán de conseguir este afecto a lo largo de sus diferentes relaciones de pareja.
Muestran una clara resistencia a perder la fuente de seguridad y afecto que constituye su pareja.
Son frecuentes las distorsiones cognitivas como el autoengaño y la negación de información que le proporciona su entorno.
Poco a poco estas relaciones tan destructivas se van fortaleciendo, de modo que al sujeto le resulta cada vez más difícil salir de ellas.
Fuente: Wikipedia

miércoles, marzo 21, 2018

DIA 80: 10 TIPS PARA LA SALUD MENTAL DE LA FAMILIA

1. Periódicamente indaguen sobre cada uno de los miembros de la familia mediante simples preguntas, como por ejemplo: ¿cómo te sientes hoy?

2. No temas hablar abiertamente acerca de tu salud mental.

3. Apóyense y escúchense atentamente unos a otros entre sí. Cuiden los sentimientos y las emociones de uno y otro entre sí.

4. Demuestra el ejemplo mediante tus conductas positivas. Practiquen el autocuidado entre los miembros de la familia.

5. Programen un tiempo en familia para relajarse y cuidar la salud mental de todos.

6. Manténganse en contacto todos entre sí. Un mensaje de texto, de whatsapp o un correo electrónico no bastan.

7. Demuéstrale a cada miembro de tu familia que siempre estarás allí para él o ella, en lo posible.

8. Date un tiempo para comprender por lo que pueda estar atravesando cada miembro de tu familia.

9. Sé paciente. Evita criticar y sé consciente de la forma cómo le hablas a cada miembro de tu familia. Apóyale e incentívale.

10. Manifiéstale a cada uno que estás orgulloso de que él o ella puedan conversar acerca de su salud mental.

domingo, marzo 11, 2018

DIA 70: DISCIPLINAR SIN GRITAR: 35 ESTRATEGIAS Y 15 CONSECUENCIAS

Empecemos por este principio base:
A NADIE LE GUSTA QUE LE GRITEN
A nosotros, como adultos, no nos gustaría que nuestro jefe, nuestros clientes o nuestros familiares nos gritaran o pegaran para solucionar las cosas.
¿Cómo reaccionaríamos?
Primero, la reacción de sorpresa, indignación, humillación y luego la reacción de desquitarnos, reaccionar de la misma manera o resignarnos.
Eso no nos agradaría para nada, ¿cierto?
Entonces, pongámonos en el lugar de los niños, ¡cómo se sentirán con semejantes reacciones de sus padres, que son sus héroes, sus ejemplos, sus modelos para aprender a solucionar sus problemas!
Que no aprendan que las cosas se solucionan gritando o pegando.
Incluso los psicólogos no solucionamos las cosas gritando ni agrediendo a los pacientes.

Alguien dijo que los niños llegan al mundo sin manual de instrucciones, por lo cual uno de los grandes dilemas que padres y madres enfrentan es acerca de cómo disciplinar a sus hijos. 
La mayoría oscila entre el polo de la permisividad y del autoritarismo, resultándoles difícil administrar una disciplina firme y amable al mismo tiempo.

15 CONSECUENCIAS DE LOS GRITOS

1. Baja la autoestima
En vez de sentir que sus padres están orgullosos por sus logros, sienten que sus padres no los quieren, que no valoran sus esfuerzos, que se centran en sus errores, que los tratan sin respeto, que los humillan, etc.

2. Les genera miedos
Los gritos asustarían a cualquiera. Imagínese que le grite alguien mucho más grande que usted, con una voz más potente, con mucha más fuerza y poder y que sean las personas que más ama. ¡Qué confusión e inseguridad se debe sentir!

3. No ayuda a gestionar las emociones
Los hijos aprenden de los padres observando cómo sus padres resuelven sus problemas: si lo hacen gritando y peleando o solucionando las cosas en forma serena, adulta, madura, civilizada. Luego algunos padres se preguntan sobre por qué sus hijos reaccionan tan agresivamente. Cuanto más se le grite a un niño, hay más probabilidades de que se ponga desafiante.

4. Aleja a los hijos
Si le gritan cuando se sincera o confiesa algo, la próxima vez ya no va a confiar en sincerarse con los padres. Se lo va a guardar y luego algunos padres se preguntarán por qué sus hijos no confían en sus padres. Los gritos generar una barrera como mecanismo de defensa.

5. Los vuelven sordos
Tanto física como emocionalmente. De allí viene la expresión: "les entra por una oreja y les sale por la otra". Cuando van creciendo, van haciendo oído sordos a los gritos.

6. Alteran su sistema nervioso

7. Aprenderán que los gritos son un recurso útil, válido y eficaz para resolver sus conflictos

8. Los gritos pierden validez cuando se utilizan de forma repetitiva y constante

9. Los hijos estarán estresados, lo cual influirá en su desarrollo emocional,´y, por ende, los padres también, generando un círculo vicioso.

10. Puede conllevar a que los hijos desarrollen ansiedad, depresión y adicciones en un futuro.

11. Empeoran los problemas de conducta

12. La solución es temporal, solo por el momento

13. Se debilita la influencia positiva de los padres

14. Gritar agrava la agresividad

15. GRITAR REFLEJA PÉRDIDA DE CONTROL

35 ESTRATEGIAS PARA DISCIPLINAR SIN GRITAR

1. Establecer reglas claras

2. Explicar las consecuencias negativas antes

3. Advertir antes de tomar medidas

4. Proporcionar refuerzo positivo: Elogia a tu hijo cuando se porte bien y realice las conductas deseadas

5. Examinar las razones por las que gritas

6. Ponerse en el lugar de los hijos

7. Analizar, reflexionar sobre los motivos de la conducta inadecuada y las consecuencias de la misma

8. Saber escuchar

9. Ser humildes, admitir que también nos equivocamos

10. Apoyo de la pareja: Frente común, acuerdos parentales

11. Resolverá el problema el adulto que esté más tranquilo

12. Ser democrático: ni permisivo ni autoritario, sino FIRME

13. Prueba susurrando: Parece mentira pero, al hablarle a su oído en voz baja, con un susurro, lo motivará a prestar atención. ¡Es muy eficaz! Pruébalo y luego nos cuentas.

14. Corrige con diálogo lo que necesita mejorar

15. Canaliza su frustración, ira y rabia con otra actividad. Por ejemplo: salir a jugar al patio, ir por un helado, ayudarte en la cocina con su receta favorita.

16. Canaliza tu propia frustración, estrés, agresividad. Cuando tienes un mal día, cualquier chispa encenderá el fuego. Date un momento, haz algo que te haga sentir mejor y deja de reunir leña para el fuego. Si se te dificulta lograrlo, puedes asistir a Psicoterapia.

17. Acuerda con toda tu familia que harán todo lo posible por no gritar.

18. Dile a tus hijos que cuando ellos gritan, no les puedes entender bien.

19. Recuerda que los niños deben actuar como niños

20. Trata con respeto a tu hijo: Así también aprenderá a respetar a los demás y lograr una mejor convivencia en sociedad.

21. Cuando te enojes, STOP: Para, cierra la boca. No hagas nada ni tomes decisiones en ese instante.

22. Aléjate de la situación, de la habitación

23. Lávate la cara

24. Enséñale a tu hijo a que ambos pueden darse un espacio aparte, a solas, en un sitio cerrado que nadie los escuche, debajo de una sábana, o con una almohada, para llorar o gritar si así lo sienten, después verán como la ira desaparece.

25. Respira y date cuenta de tus sentimientos

26. Encuentra tu propia sabiduría, tu esencia, que es cuando no estás triste ni molesto

27. Ten paciencia

28. Repite la norma las veces que haga falta, hasta que se forme un hábito positivo

29. Ten en cuenta que los aprendizajes requieren tiempo y paciencia, tu hijo no lo puedo aprender todo a la primera

30. Disciplina con afecto. 

31. Adopta medidas positivas

32. Lean cuentos (o historias de internet) sobre las consecuencias del mal genio y cómo los personajes resuelven sus problemas de ira

33. A veces, basta con dar un paso para ayudar al hijo o hija a que se sienta mejor para que la ira desaparezca

34. Aprende estrategias para calmar tus emociones y manejar la ira de manera sana. Esto será también servirá de modelo para tu hijo, para que aprenda también a controlar sus impulsos. 

35. Si se te dificulta lograrlo por ti mismo, siempre puedes asistir a Asesoría Psicológica y/o Psicoterapia.

Redactado por: Psicólogo y Psicoterapeuta Luis Venegas Chalen

Si desea mayor información, puede contactarse con:

sábado, enero 20, 2018

DIA 20: 20 CARACTERISTICAS DE UNA FAMILIA TOXICA O DISFUNCIONAL

1. No han generado la confianza suficiente entre sus miembros para poder contarse las cosas
2. Por lo tanto, se les dificulta sincerarse o mostrarse tal como son
3. Y, por ende, van a mentir u ocultar la verdad
4. No existe una buena comunicación entre sus miembros y gritan o ignoran
5. Ha habido situaciones de violencia y/o agresión verbal y/o física
6. Que generan ansiedad a los hijos
7. Debido a que los propios padres no controlan sus propias ansiedades y/o inseguridades
8. Repiten los patrones de crianza negativos de la forma cómo los criaron sus propios padres
9. Les ponen etiquetas a los hijos: "él es ocioso", "él es flojo", "eres malcriado" (cuando ellos mismos lo han criado)
10. Les dicen a los hijos frases negativas que se graban en el subconsciente y se les queda hasta cuando son adultos, como "haces mal las cosas", "no sirves para nada", "siempre te equivocas", etc.
11. Hacen diferencias notorias entre la crianza de los hijos (preferencias de un hijo sobre otro, sobreprotección, abandono, etc.)
12. Como consecuencia, generan hijos tímidos e inseguros o rebeldes y radicales, según la personalidad de cada hijo
13. No los acompañan en sus estudios, tareas, etc. ni se preocupan sobre qué novedades hay en su centro de estudios o sus relaciones
14. No asisten a charlas para padres (y si asisten, no ponen en práctica lo aprendido) ni se interesan en informarse sobre cómo mejorar la crianza (mediante libros, internet, etc.)
15. Suelen ser perfeccionistas y exigen que sus hijos sean perfectos
16. Padres y/o madres que proyectan sus frustraciones en los hijos
17. No se llevan bien como pareja y/o son padres y/o madres que forman alianzas con los hijos para ir en contra de la pareja, y/o se desquitan en los hijos los problemas de la pareja
18. Pueden generar serios trastornos físicos, mentales, emocionales, psicológicos o psiquiátricos en los hijos
19. Suelen ser padres y/o madres con problemas psicológicos y/o psiquiátricos no tratados; hay casos donde ni siquiera consideran la posibilidad de asesoramiento de un psicólogo
20. No han desarrollado su espiritualidad o la han desarrollado en forma deficiente.

domingo, octubre 22, 2017

LAS HERIDAS EN LA FAMILIA

Las heridas en el círculo familiar son las que tardan más tiempo en curarse

No podemos permitir que un pasado familiar disfuncional y traumático afecte a nuestro presente y nuestro futuro. Debemos ser capaces de superarlo y sanarnos para ser felices

Las heridas generadas en el círculo familiar ocasionan traumas, carencias profundas y vacíos que no siempre logramos reparar.

El impacto por el padre ausente, por la madre tóxica, el lenguaje agresivo, los gritos o esa crianza falta de seguridad y afecto traen algo más que la clásica falta de autoestima o esos miedos que tanto nos cuesta superar.

Muchas veces, la dificultad para resolver muchos de esos impactos íntimos y privados se halla en un cerebro tempranamente herido.

No podemos olvidar que el estrés experimentado a lo largo del tiempo y a edades tempranas provoca que la arquitectura de nuestro cerebro cambie, que estructuras asociadas a las emociones se vean alteradas.

Todo ello trae como consecuencia una mayor vulnerabilidad, una indefensión más profunda que conlleva un riesgo mayor a la hora de sufrir determinados trastornos emocionales.

La familia es nuestro primer contacto con el mundo social, y si ese contexto no nutre nuestras necesidades esenciales, el impacto puede ser constante a lo largo de nuestro ciclo vital.

Veamos a continuación con detalle por qué es tan difícil superar todas esas heridas sufridas en la época más temprana de nuestra vida.

La cultura nos dice que la familia es un pilar incondicional (aunque, a veces, se equivoca)

El último escenario donde uno piensa que va a ser herido, traicionado, decepcionado o incluso abandonado es, sin duda, en el seno de nuestra familia.

Sin embargo, ocurre con más frecuencia de la que pensamos.

Esas figuras de referencia que tienen como obligación darnos lo mejor, ofrecernos confianza, aliento, positividad, amor y seguridad, a veces nos fallan voluntaria o involuntariamente.

Para un niño, un adolescente o incluso para un adulto, experimentar esa traición o esa decepción en el seno familiar supone desarrollar un trauma para el cual nunca se está preparado.

La traición o la carencia generada en el seno de una familia es más dolorosa que la simple traición de un amigo o un compañero de trabajo. Es un atentado contra nuestra propia identidad y nuestras raíces.

La herida en una familia se hereda entre generaciones

Una familia es algo más que una árbol genealógico, que un mismo código genético, que unos mismos apellidos.

Las familias comparten historias y legados emocionales. Muchas veces, esos pasados traumáticos se heredan de generación en generación de muy diversas formas.

Desde la epigenética nos recuerdan, por ejemplo, que todo lo que acontece en nuestro ambiente más cercano deja su impacto en nuestros genes.

De ahí, que factores como el miedo, el estrés intenso o los traumas se hereden muchas veces de padres a hijos.

Ello hace que, en ocasiones, seamos más o menos tendentes a sufrir depresiones o que reaccionemos con mejores o peores herramientas ante situaciones adversas.

Aunque establezcamos distancia de nuestro círculo familiar, las heridas siguen presentes

En un momento dado, lo hacemos; decimos basta y nos atrevemos a cortar con ese vínculo dañino para establecer una necesaria distancia de esa familia disfuncional y traumática.

Ahora bien, el simple hecho de decidirnos a decir adiós a quien nos hizo daño no trae por sí mismo la sanación a la herida. Es un principio, pero no la solución definitiva.

No es nada fácil dejar atrás una historia y unas dinámicas, unos recuerdos y unos vacíos.

Muchas de esas dimensiones quedan ancladas a nuestra personalidad e incluso en el modo de relacionarnos con los demás.

Las personas con un pasado traumático suelen ser más desconfiadas, les cuesta mucho asentar relaciones sólidas.

Quien ha sido herido necesita, además, sentirse reafirmado; ansía que los demás llenen esas carencias, de ahí que muchas veces se sientan frustrados porque pocas personas llegan a ofrecerles todo lo que necesitan.

Lo recomendable en estos casos es sanarnos primero como persona antes de buscar en los demás lo que necesitamos.

Podemos llegar a cuestionarnos a nosotros mismos

Esto es quizá lo más complejo y lo más triste.

La persona que ha pasado gran parte de su ciclo vital más temprano en un hogar disfuncional o en el seno de una familia con estilo de crianza negativo, puede llegar a verse a sí mismo como alguien que no merece ser amado.

La educación recibida y el estilo de paternidad o de maternidad en el que hemos sido criados erige las raíces de nuestra personalidad y nuestra autoestima.

El impacto negativo de estas huellas es muy intenso; de ahí que muchas veces uno mismo tenga dudas sobre la propia eficacia, su valía como persona o incluso si es digno o no de cumplir sus sueños.

Nuestro círculo familiar puede darnos alas o puede arrancárnoslas. Es algo triste y devastador.

Sin embargo, hay algo que nunca podemos olvidar: nadie puede elegir quiénes van a ser sus padres, quienes sus familiares, pero siempre llegará un momento en que tengamos ya la capacidad y la obligación de elegir cómo va a ser nuestra vida.

Elegir ser fuertes, ser felices, libres y maduros emocionalmente es algo esencial, de ahí la necesidad de superar y sanar nuestro pasado.
Fuente: mejorconsalud

lunes, agosto 15, 2016